jueves, 17 de marzo de 2016

#LaReviewDeMiVidis: THE HATEFUL EIGHT - CUANDO LA TARANTINOPHILIA HOMENAJEA AL SPAGUETTI WESTERN


Definitivamente no es la mejor película de nuestro amiguis Tarantino. Definitivamente esta obra está muy lejos (tanto en la dirección como en el guión) de todas las anteriores. Definitivamente esta peli no es para todo público. Pero también hay algo definitivo: sea de menor calidad o no, sea cual sea la historia, sea cual sea el elenco, sea cual sea su momento interno, siempre es un placer disfrutar de un filme de Quentin Tarantino. Siempre da gusto y nos hallamos. Una peli de Tarantino representa un viaje divertido y desopilante, lleno de cinefilia, lleno de Cultura Pop, colmado de homenajes y autohomenajes, de referencias y autoreferencias, en donde siempre encontramos situaciones delirantes y personajes entrañables que nos conectan, nos hacen reír y, por qué no, reflexionar. Con THE HATEFUL EIGHT, el placer se saborea de una manera especial para los cinéfilos de pura cepa, los amantes del cine clásico y, muy especificamente, para los apasionados del Spaguetti Western ya que THE HATEFUL EIGHT es un hermoso homenaje a este género, tan amado y venerado por Tarantino, que se desprende del Western Clásico Americano, el único género puramente cinematográfico. Esta vez hay un guiño cómplice que Tarantino hace a toda la hermandad de la cinefilia y de la Tarantinophilia universal y este detalle es lo que justamente hace que el filme no resulte de fácil digestión para ese público amplio o diverso que se enamoró del cine de Tarantino gracias a Pulp Fiction, Kill Bill o Inglourious Basterds. La bellísima fotografía, los hermosos escenarios y paisajes en donde resalta la imagen poética y blanca extrema de la nieve, así como todo el perfecto trabajo de arte, de edición y de sonido, contribuyen en este merecido homenaje a un género que hoy día está prácticamente muerto y que sólo un romántico del cine y un nostálgico vintage como Tarantino lo puede hacer resucitar o por lo menos hacer el intento de revivirlo un flash. La peli homenajea al género en cuanto a su duración (casi 3 horas) y en cuanto a su carácter escencialmente misógino al tratarse de un tipo de películas exclusivamente para hombres (recordemos que los personajes femeninos no existen o no abundan en el western. Lo de Marlene Dietrich en De isla en isla, Los usurpadores, Forja de corazones o lo de Claudia Cardinale en Érase una vez en el oeste, son excepciones a la regla). Y el punto cómico, tanto farsesco y hasta grotesco, se plasma en este detalle de extrema autoburla y de denuncia hacia el machismo, el feminismo y también hacia el racismo. Los dialogos burlescos y las tomadas de pelo con respecto a estos temas hacen que de repente nos confundamos y hasta podemos llegar a sentir que estamos viendo una peli ambientada en estos días y no en 1870. En cuanto a historia, situaciones y diálogos, THE HATEFUL EIGHT tiene mucho de RESERVOIR DOGS, de INGLOURIOUS BASTERDS, de DJANGO y hasta de TRUE ROMANCE. Es un rejunte autoreferencial pero siempre innovador y de libre expresión, no sólo en estructura sino también en el uso de elementos, como el narrador que aparece de repente después de la primera mitad de la película. El trabajo actoral de todo el elenco y lo genial de su ensamble es una delicia. Y Jennifer Jason Leigh merece su nominación al Oscar. Sólo una actriz como ella aceptaría un papel así, tan jugado y tan valiente. Me encantaría tanto que gane la codiciada estatuilla, más que nada por lo que ella representa como actriz icónica y figura emblema del cine independiente. En esta peli, Jason Leigh se luce no haciendo nada pero haciendo todo. La música del MAESTRO Ennio Morricone merece una mención especial por lo gloriosa, por lo onírica y por lo suprema. La música no acompaña, sino que se vuelve un ente aparte que cobra vida anunciando, expresando, comunicando o aclimatando esta atmósfera sin igual. Lo más maravilloso de todo, es que la música es muy Tarantino y es muy Morricone. Tiene el sello de ambos y la simbiosis justa de contribución y colaboración artística que requiere esta unión de dos grandes del cine. Recordemos que Morricone es un gran referente del Spaguetti Western, responsable de la banda sonora original de El bueno, el malo y el feo y de Erase una vez en el oeste, entre otras. Si Tarantino decidió que Morricone hiciera la música, esta decisión tiene claramente un por qué: es para sellar mediante este "invisible" detalle su gran y total homenaje. Obviamente, Morricone debería ganar el Oscar, no sólo porque ya es hora sino porque también lo merece. Algo que sí también hay que mencionar es que si bien el ritmo de la peli también es un homenaje al western con los tiempos muertos, contemplativos y largos, hay una cuestión cansina y aletargada en su narración, que tal vez tiene que ver con el momento interno y personal de su realizador. Todos sabemos que Tarantino sólo filmará 10 pelis y luego se retiraría como director y justamente THE HATEFUL EIGHT se presenta, en los mismísimos créditos iniciales, como THE 8TH FILM FROM QUENTIN TARANTINO, anunciando de alguna manera que, en breve, después de las dos pelis que le quedan, ya se va. Estas ganas de querer retirarse y ese cansancio invisible, sin el entusiasmo narrativo y rítmico que siempre lo caracterizaron, pueden sentirse en este filme. Ya se sentía un poco en DJANGO UNCHAINED pero esta vez ya no se puede ocultar. Nuestro amiguis Tarantino está cansado y se quiere abrir, eso es muy palpable. Y justamente por ello habrá decidido hacer una obra que le genere una emocionalidad personal y una pasión muy propia de su universo cinéfilo, sin importar lo que opine el público o la industria. Y por eso se le ama: por ser tan ÉL siempre, pese al tiempo y por encima de todo.


(Publicado en mi perfil de Facebook el 23 de febrero de 2016 a las 13:46 ).






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